40ª marcha: Paseo de Bouzas a Toralla

   La ruta da comienzo con una pequeña concentración a las 10,30 horas delante de la iglesia de Bouzas, ante la posibilidad de que alguien quisiera rezar por nuestro futuro y la salvación de nuestras almas. En vista de la poca disponibilidad religiosa, pasadas las 11,15 horas, nos encaminamos al paseo de Bouzas, donde nos encontraríamos de frente con la lujuría, camuflada estratégicamente en forma de almejas y percebes.

  Y ahí vamos todos, con muchas ganas de fiesta: Paco, Aia, Artai, Jose, Malores, Oliver, Loli, Ana Sanmiguel, Ana Sousa, Dani, Uxía, Valentín-Vicente y Carmen. Decir, que en esta ocasión, bien  por vergüenza o bien en honor a la operación bikini (eso que cada vez nos bañamos más en pelotas) tardamos aún unos cuantos metros en ofrecer las primeras viandas. De hecho, fuimos capaces de realizar el trayecto del paseo de Bouzas, entre las almejas y los percebes, sin desfallecer y volver al punto de encuentro (iglesia de Bouzas) para tomar un pequeño tentempié (los cambios, poco a poco, sin necesidad de desfallecer con el hambre...).

   Desde Bouzas continuamos en dirección Canido, eso si atravesando la Avenida de Zamora (para los que no se enteren se ruega pregunten a Oliver). Y así, paso a paso, roca arriba, roca abajo, arena dentro, arena fuera...conseguimos llegar a Samil, donde, de nuevo en contacto con la civilización, hicimos el paseo cual domingueros en acción. Fue este el momento en el que Dani y Uxía invadidos por el espíritu fraternal retornaron para reencontrase con Belén y Breixo, con la sana promesa de volver pero bueno, todos entendemos que estamos en campaña electoral...

   “Pasiño a pasiño”, risa tras risa, conseguimos llegar a Canido a la hora de comer y como no...localizamos el bareto adecuado a nuestras circunstancias y con cañitas y refrescos dimos buena cuenta de nuestro refrigerio. Terminado el PHICOLABIS nos encaminamos a Toralla porque Vicente-Valentín estaba convencido de que nos iban a dejar pasar... Así que allá fuimos a través de la Avenida de Zamora otra vez (para más reseñas, Oliver) y retrocedimos con las orejas gachas y ganas de un sustitutivo placebo (véase refresco, café, infusión...) Un lujo que nos dimos en una terracita junto al mar. Para que después digan que se está acabando el Estado del Bienestar... Cansados de cachondeitos, a veces hay que ponerse serios, pensamos en un buen bañico...Aunque sólo los más valientes se atrevieron (José y Malores por si había dudas) mientras que los demás nos echamos una mini siesta en la arena calentita.

   Seguimos dirección a los coches (véase junto al iglesia de Bouzas) pero claro, ya más relajados, y siendo al máximo conscientes del CARPE DIEM...decidimos parar en el Museo del Mar a tomar otro PHICOLABIS porque nosotros lo valemos...Terminado este momento KIT-KAT, finalizamos la ruta y, orgullosos de nosotros mismos por el esfuerzo realizado, con muchos besos, abracitos y buenos deseos quedamos emplazados para la siguiente caminata.


Carmen